DEMOCRACIAS, “EGOS” Y ENTUSIASMOS. ALGUNAS EXPERIENCIAS SOBRE DEMOCRACIAS PARTICIPATIVAS.

Tomás R. Villasante |

Hay un punto de vista que dice que hay que llevar la lucha de clases a todos los planos. No solo contra el capital, sino también en el plano ideológico en “el seno del pueblo”, pues hay muchas confusiones y hasta alienaciones entre los sectores populares, que además manifiestan diversidades y diferencias que desconciertan a quienes se sienten  fieles seguidores de los clásicos. La interpretación de quién es la vanguardia del proletariado o debe dirigir al pueblo pasa a ser así una cuestión central. Desde este punto de vista hay que educar a las masas, explicarles cuál debe ser la estrategia correcta. Algunos somos escépticos con esta pedagogía de arriba a abajo que no acaba de dar resultados que perduren. Hoy partimos de que hay conflictos entre la diversidad de los movimientos sociales, al igual que entre dirigentes de organizaciones, aun cuando se grita que “el pueblo unido jamás será vencido”. Cada cual tiene sus razones alternativas.

Vemos anteponer (con justificaciones varias) los “egos”  de muchos dirigentes territoriales, sectoriales o de partidos, a propuestas y soluciones que debieran ser más unitarias. Claro que los dirigentes recubren sus decisiones con argumentaciones ideológicas, pero lo que resulta es que no se les entiende (desde su punto de vista) o no son creíbles (desde el punto de vista de la mayoría de la población). Ernesto Ganuza, Joan Font Fàbregas plantean las preguntas que se hace la gente sobre los partidos, sus lealtades personales, el  que haya falta de preparación y también sobre las formas participativas1. Las contradicciones no solo están entre los de arriba y los de abajo, entre la izquierda y la derecha, sino que hay muchas contradicciones “en el seno del pueblo”. Para las derechas, eso no es problema, pues con el dinero y su poder ya se sabe quién manda, y es costumbre que alguien con más poder decida. Lo malo es que también se está generalizando en sectores progresistas esta lógica (a veces disfrazada de “los mejores”), y no se da pié a que haya cuidados que puedan superar los “egos” en las decisiones de los movimientos sociales o los partidos alternativos. Incluso parece que no sabemos aprender ni aún de las buenas experiencias.

Los movimientos feministas pudieron organizar una huelga el 8 de Marzo, y no hacía falta saber quién es su “lideresa”. Llevan muchos años defendiendo que los cuidados son algo a construir en colaboración. No siempre lo consiguen, pero es una nueva forma de hacer política. Lo mismo con los movimientos de jubilados, que tampoco es necesario que sepamos acerca de su líder, o con los numerosos grupos ecologistas que hay dispersos por el territorio. Hay grupos motores en todo estos movimientos, no son espontáneos, pero cuando tienen éxito es cuando estos grupos actúan guardando sus “egos” en el bolsillo. Cuidar las relaciones en el seno del pueblo pasa a ser una lección que hay que practicar para aprender otras formas de organizarnos y para nuevas formas de hacer política, con las democracias participativas. Algunos movimientos tienen mucho que enseñar a las formaciones más partidistas. Fijarnos en el trabajo de “retaguardia” puede ser la alternativa a tanta pretensión de “vanguardias” que se pelean por serlo.

La fuerza del neoliberalismo, a pesar de las crisis que atraviesa, radica en que fabrica un tipo de ser humano, un tipo de vínculo con los demás y con el mundo: el yo como empresa o marca a gestionar, los otros como competidores, el mundo como una serie de oportunidades a rentabilizar.

¿Dónde reside dicho poder? Desde luego no donde miramos obsesivamente (el teatro parlamentario), sino en los mil dispositivos que pueblan nuestra vida cotidiana: ligando en Tinder, moviéndonos en Uber, interactuando en Facebook… Ahí podemos captar sensiblemente la mutación antropológica en marcha. El neoliberalismo es existencial y produce formas de vida deseables.

¿Pueden las metodologías participativas superar las disputas “fratricidas” en los “círculos”, en la actividad “municipalista”, en “confluencias o confederaciones” entre proyectos nacionales? Apostar por una nueva forma de hacer política desde abajo nos parece el reto primero que podemos tratar de poner en marcha. Las condiciones objetivas de las crisis que se avecinan parecen claras a cualquiera que sepa algo de ecología o economía. Pero el cómo organizarnos no se puede quedar en buenas palabras sobre una democracia participativa, que se nombra pero que no se practica ni en la base ni entre los liderazgos. La necesidad de hacer autocrítica siempre emerge ante los malos resultados electorales, pero no se concretan los pasos prácticos correspondientes, y menos las metodologías facilitadoras que podrían  marcar otra forma de hacer política. ¿Cómo puede lograrse que los “mejores” puedan escuchar lo que les está diciendo la gente de base? Los plebiscitos internos no pueden confundirse con las democracias participativas (talleres de construcción colaborativa, asambleas de tipo participativo-deliberativo). No se trata solo de sentimientos de adhesión.

Está bien que haya “control” y “rendición de cuentas”, pero no dejan de ser unas formas posteriores a la ejecución de las políticas. Se puede hacer la colaboración desde antes y desde abajo, desde grupos motores, agrupaciones o círculos, con iniciativas que avancen debates y propuestas, que estén activos en lo local y en lo más general. Si lo participativo se reduce a plebiscitos por internet sobre algún dilema planteado por los dirigentes, ya se está confundiendo la democracia participativa con esas formas poco cuidadosas tradicionales. Quien formula las preguntas detenta el poder, como en todo referéndum (lo haga un dictador o un demócrata). Pero si las preguntas surgen desde abajo, se matizan y debaten en grupos o talleres, y finalmente son las que se someten a ponderación, es otra cosa. Incluso se pueden presentar una variedad de propuestas y que la gente pueda priorizar varias según el orden que quiera.

No sobran los liderazgos si son plurales -y a ser posible rotativos-, pero sobre todo hace falta gente que sepa facilitar y mediar entre los “egos” con formas cuidadoras. No se trata de hacer buenismo o juegos dinamizadores como algunos creen, sino de unas normas de auto-organización que ya están probadas en diversos campos de los movimientos sociales, y que será bueno que pasen a la toma de decisiones en campos más amplios de la política. Si no se quiere repetir los errores  de la vieja política y de los partidos tradicionales será necesario abrirse a otras formas que aprendan más de los movimientos sociales, sobre todo de los más cuidadores, con democracias de iniciativas desde abajo.

Ya no estamos en el salto electoral rápido, e incluso algunas bases municipalistas han fallado a las propuestas transformadoras. Retomar las propuestas de nuevas formas de hacer política, más cerca de algunos movimientos y más lejos de los partidos clásicos, o sea, las democracias participativas tal como se vienen experimentando en diversos lugares, puede ser un camino que se abre a la incorporación desde abajo de las iniciativas que se reclaman desde la gente. 

Podríamos empezar a hacer una “línea del tiempo” desde el 15M hasta ahora. Se puede hacer con grupos locales y luego sumarlas de abajo a arriba. Sería una forma de autocrítica no solo negativa, sino sacando también los avances conseguidos. No solo destacando hechos pasados, sino la valoración de las Ideas-fuerza que animaron cada momento de movilización. Por tanto, no solo de algunos partidos sino de movilizaciones, de movimientos más organizados y sus confluencias en cada situación.

Otro ejemplo posible sería convocar una reunión de personas mayores –con experiencia-, que han estado apoyando los movimientos y las alternativas políticas, para llamar desde su autoridad a la sensatez de las fuerzas que hoy se están dispersando y hacer algunas propuestas de Ideas-fuerza unitarias. No estamos ya en los momentos del asalto rápido electoral, sino en el de la reorganización para alcanzar estrategias de profundo calado, para ir construyendo algunas necesarias transiciones radicales ante las crisis que se nos van acumulando. No solo hay que resolver conflictos entre dirigentes y partes de las organizaciones, sino que hay que construir “propuestas superadoras” más allá de los dilemas simples en que nos solemos encerrar.

La formación-acción que se dio antes del 15-M y que se venía aplicando en muy diversos colectivos permitió generar aquel entusiasmo que luego no supimos cómo aprovecharlo con autoorganización desde abajo. Pero retomar los grupos motores o los círculos o las agrupaciones de base, es posible. Por ejemplo, en algunos lugares se está haciendo (dónde se trabaja con democracias participativas en el interior de los movimientos). Practicar la construcción de estrategias municipales, regionales o de algunos sectores, es una buena “escuela de democracia” hacia dentro y hacia fuera. 

Se puede avanzar más allá de los plebiscitos con dilemas prefabricados desde las cúpulas. Ante alguna urgencia pueden ser necesarios, pero para temas de fondo la construcción de las preguntas e iniciativas desde la base parece más conveniente.  Hay sistemas de dinamización, tanto cara a cara como por internet, que permiten unas deliberaciones desde abajo sobre cuáles pueden ser hoy los puntos clave de las transiciones que necesitamos. En algunas cooperativas cada año se recogen las propuestas durante unos meses, durante otros meses se debaten y completan, y finalmente se puede votar a varias para marcar la prioridades de las estrategias a seguir. Y los dirigentes pueden opinar como todos, pero han de cumplir lo que se ha podido consensuar tras las votaciones ponderadas.

Incluso a escala del Estado ya hay mecanismos de toma de decisiones, que se pueden ampliar. En la Declaración de la Renta se nos pregunta si queremos dar un porcentaje a la Iglesia Católica o para Asuntos Sociales, y en algunas Comunidades Autónomas también se hacen preguntas donde podemos tomar decisiones, aunque sean limitadas. Se podría mejorar este procedimiento, si grupos de sectores de base, expertos de algún tema candente, y dirigentes sociales, formulasen las preguntas a plantear anualmente a toda la población. Puesto que la clave está en las preguntas y en el abanico de respuestas posibles, grupos de la sociedad civil plurales pueden dedicar un tiempo de deliberación suficiente a formularlas sin partidismos. En Suiza se puede votar varias veces cada año y esto no es el problema. La cuestión participativa está más bien en quién y cómo se hacen las deliberaciones previas y las preguntas con su diversas posibilidades de respuestas. Y esto vale tanto para un Estado, como una Comunidad Autonómica, un Municipio, un partido, o movimiento social que se precie de querer hacer nuevas formas más inclusivas, cuidadoras y participativas. O sea pasar de los dichos a los hechos en democracias participativas.

Lo que no parece conveniente es hablar mucho de “democracias participativas” y dar ejemplos de todo lo contrario en la práctica interna del movimiento. Por desgracia el desencanto que viven muchas personas es la contradicción entre lo que se proclama y lo que se hace (o al menos que lo que aparece en los medios). Por eso, hay que ser más radicales en las formas de tomar decisiones, en las forma de hacer política desde abajo. No basta tener buenos/as dirigentes: es el entusiasmo de la gente de base lo que permitirá algún cambio o transición. Y esto se consigue cuando la gente se puede sentir co-protagonista de las tareas en marcha. No se usa internet para todo, sino para lo que nos parece más importante o urgente.

En estos momentos ¿hay posibilidades de que algunos movimientos o confluencias se puedan guiar por usar las democracias participativas en su reconstrucción? ¿Los actuales dirigentes están dispuestos y capacitados para aceptar que la democracia hoy se puede construir desde abajo, no solo porque exista internet o telegram, sino porque existen formas de toma de decisiones con cuidados? Se trata de modelos de tipo mixto, que incorporan a los propios dirigentes (que han de tomar esta iniciativa), a asesores expertos (según los temas), a grupos motores implicados, de forma que lo que se presenta a debate y votación ponderada de las bases, es algo ya trabajado y no simplista. Son cuidadas construcciones colaborativas, de forma que la gente se pueda re-encantar, y no desilusionar con las peleas fratricidas entre cúpulas.

  1. Ernesto Ganuza, Joan Font Fàbregas. ¿Por qué la gente odia la política? Cómo nos gustaría que se tomaran las decisiones políticas. Catarata. 2018
We use cookies to personalise content and ads, to provide social media features and to analyse our traffic. We also share information about your use of our site with our social media, advertising and analytics partners.
Cookies settings
Accept
Privacy & Cookie policy
Privacy & Cookies policy
Cookie name Active

Privacy Policy

What information do we collect?

We collect information from you when you register on our site or place an order. When ordering or registering on our site, as appropriate, you may be asked to enter your: name, e-mail address or mailing address.

What do we use your information for?

Any of the information we collect from you may be used in one of the following ways: To personalize your experience (your information helps us to better respond to your individual needs) To improve our website (we continually strive to improve our website offerings based on the information and feedback we receive from you) To improve customer service (your information helps us to more effectively respond to your customer service requests and support needs) To process transactions Your information, whether public or private, will not be sold, exchanged, transferred, or given to any other company for any reason whatsoever, without your consent, other than for the express purpose of delivering the purchased product or service requested. To administer a contest, promotion, survey or other site feature To send periodic emails The email address you provide for order processing, will only be used to send you information and updates pertaining to your order.

How do we protect your information?

We implement a variety of security measures to maintain the safety of your personal information when you place an order or enter, submit, or access your personal information. We offer the use of a secure server. All supplied sensitive/credit information is transmitted via Secure Socket Layer (SSL) technology and then encrypted into our Payment gateway providers database only to be accessible by those authorized with special access rights to such systems, and are required to?keep the information confidential. After a transaction, your private information (credit cards, social security numbers, financials, etc.) will not be kept on file for more than 60 days.

Do we use cookies?

Yes (Cookies are small files that a site or its service provider transfers to your computers hard drive through your Web browser (if you allow) that enables the sites or service providers systems to recognize your browser and capture and remember certain information We use cookies to help us remember and process the items in your shopping cart, understand and save your preferences for future visits, keep track of advertisements and compile aggregate data about site traffic and site interaction so that we can offer better site experiences and tools in the future. We may contract with third-party service providers to assist us in better understanding our site visitors. These service providers are not permitted to use the information collected on our behalf except to help us conduct and improve our business. If you prefer, you can choose to have your computer warn you each time a cookie is being sent, or you can choose to turn off all cookies via your browser settings. Like most websites, if you turn your cookies off, some of our services may not function properly. However, you can still place orders by contacting customer service. Google Analytics We use Google Analytics on our sites for anonymous reporting of site usage and for advertising on the site. If you would like to opt-out of Google Analytics monitoring your behaviour on our sites please use this link (https://tools.google.com/dlpage/gaoptout/)

Do we disclose any information to outside parties?

We do not sell, trade, or otherwise transfer to outside parties your personally identifiable information. This does not include trusted third parties who assist us in operating our website, conducting our business, or servicing you, so long as those parties agree to keep this information confidential. We may also release your information when we believe release is appropriate to comply with the law, enforce our site policies, or protect ours or others rights, property, or safety. However, non-personally identifiable visitor information may be provided to other parties for marketing, advertising, or other uses.

Registration

The minimum information we need to register you is your name, email address and a password. We will ask you more questions for different services, including sales promotions. Unless we say otherwise, you have to answer all the registration questions. We may also ask some other, voluntary questions during registration for certain services (for example, professional networks) so we can gain a clearer understanding of who you are. This also allows us to personalise services for you. To assist us in our marketing, in addition to the data that you provide to us if you register, we may also obtain data from trusted third parties to help us understand what you might be interested in. This ‘profiling’ information is produced from a variety of sources, including publicly available data (such as the electoral roll) or from sources such as surveys and polls where you have given your permission for your data to be shared. You can choose not to have such data shared with the Guardian from these sources by logging into your account and changing the settings in the privacy section. After you have registered, and with your permission, we may send you emails we think may interest you. Newsletters may be personalised based on what you have been reading on theguardian.com. At any time you can decide not to receive these emails and will be able to ‘unsubscribe’. Logging in using social networking credentials If you log-in to our sites using a Facebook log-in, you are granting permission to Facebook to share your user details with us. This will include your name, email address, date of birth and location which will then be used to form a Guardian identity. You can also use your picture from Facebook as part of your profile. This will also allow us and Facebook to share your, networks, user ID and any other information you choose to share according to your Facebook account settings. If you remove the Guardian app from your Facebook settings, we will no longer have access to this information. If you log-in to our sites using a Google log-in, you grant permission to Google to share your user details with us. This will include your name, email address, date of birth, sex and location which we will then use to form a Guardian identity. You may use your picture from Google as part of your profile. This also allows us to share your networks, user ID and any other information you choose to share according to your Google account settings. If you remove the Guardian from your Google settings, we will no longer have access to this information. If you log-in to our sites using a twitter log-in, we receive your avatar (the small picture that appears next to your tweets) and twitter username.

Children’s Online Privacy Protection Act Compliance

We are in compliance with the requirements of COPPA (Childrens Online Privacy Protection Act), we do not collect any information from anyone under 13 years of age. Our website, products and services are all directed to people who are at least 13 years old or older.

Updating your personal information

We offer a ‘My details’ page (also known as Dashboard), where you can update your personal information at any time, and change your marketing preferences. You can get to this page from most pages on the site – simply click on the ‘My details’ link at the top of the screen when you are signed in.

Online Privacy Policy Only

This online privacy policy applies only to information collected through our website and not to information collected offline.

Your Consent

By using our site, you consent to our privacy policy.

Changes to our Privacy Policy

If we decide to change our privacy policy, we will post those changes on this page.
Save settings
Cookies settings